FELICIDAD IMPOSIBLE
¿Qué es la felicidad, mi querido amigo? Tengo muchos casos de separados que creen que serían felices si volviesen con sus ex-mujeres. Insistir en el mismo clavo y mirar atrás como la mujer de Lot. Aferrarse al pasado no deja tiempo para enfrentarse a la realidad de hoy, más aún, se convierte uno en cenizas.
Cuando la vida nos duele y el aire que respiramos se nos congela de aflicción, debiéramos pensar que si sufrimos es porque uno ya es profundamente feliz en su fondo. Si no fuéramos esencialmente felices no conoceríamos por contraste el dolor del alma. El sufrimiento es una negación del gozo.
Nuestro pensamiento es como una pantalla de TV donde podemos poner el programa que queramos, pero tenemos la tentación de instalar el más nocivo, el del dolor. Somos masoquistas en en ese sentido. Además, la manera de razonar no juega a favor nuestro, sino que nos enfanga más. Cuando el/la cornudo/a piensa en la desgracia que supone la perdida, piensa qué delicia sería un nuevo encuentro. No le vale el hecho de que todos le digan que eso no tiene vuelta, porque el/ella le había puesto los cuernos ya hace mucho.
Pensamos que lamiéndonos las heridas del pasado, éstas se vayan a curar. O por otro lado si nos viene alguna solución, la rechazaremos con la excusa de que ahora es demasiado tarde y tan a despropósito que ya no la quiero. Mal si sí, mal si no. Un 90 % de nuestros problemas son fruto de nuestra infelicidad, alimentados por un fuerte olor a subconsciente, que es como el gas inflamable que explota en una vivienda.
Cuando sepamos concienciar nuestro ser profundo, roca firme donde reside nuestra limpia luz meridiana, que deshace las sombras de la fantasía que siembra el pánico de nuestros sufrimientos; entonces tendremos la fuerza de enfrentamos a los problemas reales o dificultades de la vida.
En nuestro ser real somos fuertes, inteligentes y amorosos para poder con todo.
Eusebio Lopez
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