jueves, 16 de octubre de 2014

Hablar al inconsciente

Hablar al inconsciente


Ante estos planteamientos psicológicos  sería necesario plantearse una manera de hablar positiva, corta y clara. ¿Por qué? Las personas tenemos dos entradas a nuestro interior a la hora de recibir información de fuera. Consciente e inconsciente. El inconsciente, que funciona como represión de lo que nuestra cabeza no nos tolera, no tiene las mismas reglas de juego  que el consciente. EL inconsciente es un sector inteligente  que trabaja en la clandestinidad, pero es el que más  se percata, en los momentos cruciales, de la realidad. Este no funciona en virtud de la lógica. En todo caso funciona con una lógica muy elemental, en la que tienen  absoluta preponderancia los  verbos y los substantivos, mientras que  los adverbios pierden toda su fuerza y no se perciben apenas.

A los que somos muy dados a usar los adverbios negativos con el “no”, “nunca”, etc., ese inconsciente o subconsciente, con el que percibimos lo que oímos, no tiene en cuenta los adverbios. Tenemos que buscar la forma  mas clara, más limpia y más directa de llegar a él eficazmente. Si decimos ”No tengas miedo, no seas malo, no quiero  equivocarme” se traduce por “Miedo, malo y equivocarme”. Tampoco se puede utilizar lo contrario, porque no lo aceptaría el consciente. Por ejemplo: ”Tengo valor, soy  bueno, siempre acierto”. Sí lo aceptaría, si digo: “Deseo tener valor. Procuro ser bueno. Trato de acertar.”

Conviene tener  esto presente, porque son momentos privilegiados donde se pueden quedar las ideas  y los sentimientos  grabados a fuego en las personas y para toda la vida. Y a veces por una  palabra impropia podemos herir sentimientos irreversibles.

Las cosas nos impactan en el subconsciente cuando estamos en situaciones emocionales, sean negativas o positivas, como son las circunstancias de un funeral. Si soy capaz de  producir en la masa  un estado emocional colectivo y profundo, las ideas que fije  con claridad irán directamente al subconsciente. Y cuanto más profundo sea el sentimiento o la emoción, más profunda será la  fuerza de la incrustación. El subconsciente se abre como una flor al sol, al vivir una sensación profunda. Y la persona  se vuelve receptora de las ideas que en ese momento se viertan. Una idea nueva y positiva elimina ideas y prejuicios anteriores, a condición de que se coloquen  al mismo nivel de profundidad emocional. Decía alguien que cuando va a la iglesia se quita el sombrero, pero no la cabeza. No sabía bien lo que decía.  Porque quizás su cabeza  sea la misma, pero su inconsciente ya es diferente…

Eusebio López
http://mejorandorelaciones.wordpress.com/eusebio/ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario